Un mapa necesario: el 3er Censo Latinoamericano de Arte Contemporáneo

Entre el 1 y el 31 de octubre de 2025 se llevará a cabo el Tercer Censo Latinoamericano de Arte Contemporáneo, organizado por Trabajadores de Arte – Latinoamérica, una red que desde 2012 ha impulsado acuerdos, manuales, asambleas y herramientas para la defensa de derechos laborales en el sector artístico. La iniciativa, lejos de ser un mero conteo estadístico, constituye una práctica de resistencia y autoconocimiento colectivo: un gesto político y cultural que busca visibilizar la magnitud y diversidad del campo del arte en la región.

Este censo —colaborativo, abierto y digital— propone actualizar y sistematizar datos sobre condiciones laborales, modalidades de financiamiento, autogestión, circulación de obras, acceso a recursos y tecnología, así como también sobre prácticas creativas, trayectorias expositivas y redes colaborativas. La amplitud de sus preguntas permite dimensionar no solo la precariedad estructural del sector, sino también las estrategias de sostenibilidad que los trabajadores del arte han desplegado frente a coyunturas políticas y económicas adversas.

En este sentido, el censo no se limita a producir un diagnóstico; funciona como una herramienta crítica y constructiva que puede fundamentar políticas culturales inclusivas, nutrir estrategias de incidencia política y legitimar el aporte social y cultural del arte contemporáneo. La posibilidad de reconocer cuántos somos, cómo trabajamos y bajo qué condiciones, abre espacio a la negociación, al diseño de políticas públicas pertinentes y al fortalecimiento de los lazos entre quienes producen, gestionan, median y difunden el arte en Latinoamérica.

El trabajo de Trabajadores de Arte – Latinoamérica merece destacarse por su rigurosidad, persistencia y visión colectiva. No se trata de un organismo burocrático ni de una institución académica aislada, sino de una red de agentes que han sabido articular creatividad y organización, produciendo manuales prácticos, modelos de contrato, calculadoras de presupuesto y hasta juegos de mesa que ironizan con la frase recurrente “¿Quién quiere vivir del arte?”. Esa capacidad de generar recursos concretos y, al mismo tiempo, de levantar un archivo común, muestra el carácter innovador y profundamente necesario de su labor.

El Comité Consultivo del Censo, compuesto por 18 personas de nueve países, refuerza la legitimidad y diversidad del proyecto: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay y Perú aportan voces y perspectivas distintas, dando forma a un tejido regional que evita el centralismo y busca reconocer tanto escenas urbanas como locales y provinciales.

El arte contemporáneo en Latinoamérica, a menudo invisibilizado por las lógicas del mercado global, encuentra en este censo una plataforma de autoafirmación y memoria compartida. Más allá de las cifras que arroje, lo esencial será la posibilidad de abrir un diálogo informado entre artistas, curadores, gestores, mediadores, técnicos, educadores y públicos. En tiempos de precarización y crisis, esta cartografía no es solo un retrato: es una herramienta para imaginar futuros posibles.

Participar en el censo es, por tanto, un acto de reconocimiento mutuo. Es aceptar que somos parte de un ecosistema diverso y frágil, pero también resiliente, que requiere de información, organización y voluntad política para sostenerse. El valor del 3er Censo radica precisamente en eso: en dignificar el trabajo artístico al situarlo en el centro de la conversación cultural y social de nuestra región.

Además, la página oficial del Censo Latinoamericano de Arte Contemporáneo funciona como un verdadero portal de memoria activa y recursos útiles para el sector. Allí es posible consultar los resultados del segundo censo —con informes detallados por país—, acceder a manuales de acción, pactos de trabajadores de arte en distintos territorios, mapas de escenas locales y calculadoras de presupuesto que ayudan a estimar el valor real del trabajo artístico. También se encuentran los “Acuerdos de Trabajadores” por país, debates abiertos y convocatorias regionales que fortalecen la articulación de redes culturales. Esta plataforma no es un repositorio pasivo, sino un espacio vivo que acompaña el proceso del censo y lo extiende con herramientas prácticas para quienes producen cultura.