La Tierra: un futuro incierto. 15ª Bienal de La Habana

El Instituto Superior de Arte (ISA) en La Habana se convierte en el escenario de una exposición profundamente reflexiva: «La Tierra: un futuro incierto«, curada por Lynda Avendaño Santana, con el apoyo de Karenia Cintra en la co-gestión. Esta muestra reúne a destacados artistas de diversas geografías: Ingrid Pumayalla (Perú-UK), Soniya Amritlal Patel (India-UK), Jessica Fairfax Hirst (EE. UU.-RD), Andrea Hauer (Chile-Austria), Gabriela Pez (Cuba), Yto Aranda (Chile), Marcel Solá (Chile), Jerome Godichon (Francia) y Glenda Salazar (Cuba).

La exhibición aborda la relación entre el arte y la naturaleza frente a las urgencias del cambio climático. Aquí, los discursos se nutren del ecofeminismo, el artivismo medioambiental y sensibilidades artísticas contemporáneas que cuestionan y resignifican la conexión humana con el entorno natural.

El arte, en este contexto, actúa como puente espiritual, abriendo nuevas formas de comprender nuestra coexistencia con el planeta y con las demás especies. En esta exhibición, se despliega un caleidoscopio de propuestas que combinan medios tradicionales y tecnológicos, explorando temas de biodiversidad, colonialidad, pérdida y regeneración.

Poéticas de la tierra: un diálogo con la naturaleza

Jerome Godichon

Desde Francia, «Mutaciones» (2024) es una serie fotográfica presentada por el artista Jérôme Godichon, donde las flores, en su estado más efímero y frágil, se convierten en poderosas metáforas de los ciclos de la vida y la muerte. A través de su lente, Godichon captura la esencia de estas flores, mostrando su belleza cruda y transitoria, mientras invoca la inevitabilidad de los procesos naturales.

«Mutaciones» (2024)

En esta serie, las flores no solo representan la belleza, sino también la mutabilidad y la fragilidad de la existencia. Al capturar las flores en momentos cercanos a su descomposición o transformación, Godichon reflexiona sobre la dualidad entre lo vivo y lo muerto, lo que se desvanece y lo que persiste, utilizando la flor como símbolo de la constante mutación que caracteriza a la vida misma.

A través de su estilo fotográfico único, Godichon crea imágenes que no solo son estéticamente poderosas, sino que también invitan al espectador a pensar sobre la fugacidad de la vida y la relación intrínseca entre la belleza y la transitoriedad de la naturaleza. La serie se convierte así en una meditación visual sobre el ciclo vital, una exploración de lo que florece, lo que muere y lo que perdura.

Yto Aranda

Por su parte, la chilena Yto Aranda, con su instalación mediática «Raíz Esclerófila», (2024), nos sumerge en un paisaje de raíces interconectadas mediante tecnologías inmersivas. Este bosque sobrio, pero rico en biodiversidad, subraya la importancia de los ecosistemas marginados que sostienen una frágil pero vital red de vida.

«Raíz Esclerófila» es una instalación artística que fusiona elementos textiles, lumínicos, sonoros y narrativos para sumergir al espectador en la esencia del bosque esclerófilo, un ecosistema caracterizado por su resistencia y adaptabilidad. La obra se presenta como una raíz viva que conecta los sentidos del visitante con las pulsaciones de la naturaleza, simbolizando la vitalidad y el movimiento constante de las redes bajo tierra.

«Raíz Esclerófila», (Aranda 2024), atrás: «Mutaciones» (Godichon 2024)

Esta pieza nace como parte del proyecto mayor «Desde la Raíz», financiado por FONDART 2024, y es el resultado de años de exploración y reflexión sobre las interconexiones del bosque esclerófilo y nuestra relación con él. La obra utiliza fibras naturales y textiles que evocan raíces y micorrizas, complementadas con tecnologías lumínicas y sonoras. Las luces LED representan los intercambios subterráneos de nutrientes y señales, mientras que los sonidos grabados en bosques nativos transportan al público a un entorno inmersivo que cuenta historias sobre biodiversidad, resiliencia y cooperación en la naturaleza.

La obra de Yto Aranda invita a reimaginar nuestra conexión con los ecosistemas desde una perspectiva artística y sensorial, ofreciendo un espacio para la reflexión sobre la inteligencia natural y la interdependencia entre los seres vivos.

Ingrid Pumayalla

La artista Ingrid Pumayalla (Perú-UK) plantea un poderoso acto performativo con «¿A dónde fueron las criaturas del bosque?» (2019). Este trabajo ritual en la Amazonía y el Lago Markkleeberg explora la pérdida de la naturaleza desde una perspectiva decolonial, tejiendo folklore andino y memoria cultural.

«The Arrival / La Llegada» es una obra fotográfica que aborda temas de conexión, pérdida y reconciliación con la naturaleza desde una perspectiva decolonial. La artista Ingrid Pumayalla, originaria de Perú y residente en el Reino Unido, se inspira en el folklore andino, los mitos del norte de Perú y su cultura natal para explorar las tensiones entre la humanidad y el entorno natural.

Performática ritual conducida por Ingrid Pumayalla en la 15 Bienal de la Habana, Cuba, enero de 2025.

Esta obra es parte de una práctica artística más amplia que incluye acciones performáticas rituales, como se observa en «¿A dónde fueron las criaturas del bosque?» (2019), donde Pumayalla combina fotografía, video y performance en escenarios que transitan entre la Amazonía y el Lago Markkleeberg. Aquí, la artista utiliza su cuerpo como un vehículo para gestos y actos que buscan reparar la relación entre los individuos, el colectivo y la naturaleza. Sus obras reflexionan también sobre la migración y el desplazamiento, temáticas que cruzan su experiencia personal y cultural.

En «The Arrival / La Llegada», Pumayalla profundiza en el proceso de reconectar espiritualmente con la naturaleza y, al mismo tiempo, visibiliza las heridas infligidas al entorno. A través de gestos simbólicos y narrativas visuales, invita al espectador a contemplar la intersección entre lo humano y lo natural, abriendo un espacio para la reflexión y la emancipación espiritual. También presenta «Curiwarmi I», fotografía impresa por inyección de tintas, 70×50 cm, 2019.

Andrea Hauer

Desde Chile-Austria, Andrea Hauer presenta «Ser semilla» (2024); es una instalación de Andrea Hauer (Chile-Austria) que establece un diálogo ecofeminista con la naturaleza, explorando la interconexión entre los seres humanos y el ecosistema como un todo. En esta obra, la artista propone un retorno a nuestro «ser original», una visión en la que las personas son una semilla más dentro del ciclo natural de vida, muerte y regeneración.

La instalación se compone de camisetas usadas, colgadas sobre varillas, desde cuyos pechos brotan raíces de pasto verde sembrado, proponiendo la representación simbólica de la tierra como madre y fuente de vida. Al reutilizar camisetas, Hauer asocia la «segunda piel» de estas prendas con el cuidado cotidiano de los cuerpos, pero amplía esta noción a una escala más grande que abarca el cuidado del planeta.

«Ser semilla»

Además, «Ser semilla» pone en valor el trabajo invisible de las mujeres, especialmente de aquellas que son madres, quienes han dedicado sus vidas al cuidado en una labor que muchas veces no es reconocida. En la obra, este esfuerzo invisible es transformado en un suelo fértil, simbolizado por las telas que, al albergar semillas, se convierten en un soporte para la vida.

La propuesta de Hauer remonta al espectador a su naturaleza intrínseca, ubicando a la humanidad como iguales de los animales y plantas, rechazando toda noción de superioridad y promoviendo un profundo respeto y equilibrio con la naturaleza.

Materiales y técnicas: semillas, pasto, cáñamo, camisetas reutilizadas y otros elementos orgánicos.

Nostalgia, resistencia y memoria

Glenda Salazar

Glenda Salazar (Cuba) nos conecta con su entorno en «Bosque de Nombres» (2022), una acción de arte realizada por la artista cubana Glenda Salazar, que establece un diálogo profundo con la naturaleza en un espacio natural de Cuba. Esta obra se enmarca dentro de un gesto de respeto y empatía hacia el entorno, pero también de celebración y gozo. La artista genera un proceso de conexión con la naturaleza que se convierte en un recordatorio histórico de la pérdida de la biodiversidad local, una pérdida asociada a los efectos de la colonización en Cuba.

En este acto performático, Salazar utiliza la mimesis y la empatía como herramientas para interactuar con las especies locales. Un gesto particular en la acción es el acto de «dar gracias», que la artista plasma en el cuerpo de las frutas, marcando la palabra como una forma de honrar y agradecer a la naturaleza por su generosidad.

Uno de los elementos centrales de la obra es el plantado de especies arbóreas locales, lo cual simboliza una devolución real y tangible a la naturaleza. Este acto de plantar se convierte en una ofrenda, y el gesto de reforestar se interpreta como una acción decolonial que rechaza la explotación y propone una reconexión con los elementos nativos.

Utilizando medios como la acción de arte, la instalación y el video registro. La obra no solo invita a reflexionar sobre la relación entre el ser humano y la naturaleza, sino que también propone una crítica a la historia colonial y sus efectos sobre el entorno natural, al mismo tiempo que sugiere un camino hacia la recuperación y el respeto por los ecosistemas originarios.

Gabriela Pez

Gabriela Pez (Cuba) presenta su serie «Iroko Moforibale» (2022); es una obra de la artista cubana Gabriela Pez que rinde tributo a la identidad afrodescendiente de Cuba a través de una serie de dibujos acuarelados que representan principalmente rostros de personas afrodescendientes. La obra nace del rescate de historias de la oralidad popular y de la afluencia de voces olvidadas, que evocan ritos y lenguas de los pueblos negros, contribuyendo a la visibilización de estas tradiciones culturales.

El título de la obra hace referencia a Iroko, un árbol sagrado en la tradición africana yoruba, y Moforibale, que puede interpretarse como «el llamado o la invitación». De esta manera, Gabriela Pez no solo rinde homenaje a la identidad afrodescendiente, sino también a una conexión profunda con la naturaleza, especialmente en un contexto donde la colonialidad ha influido tanto en la historia humana como en la de la naturaleza.

«Iroko Moforibale» (Pez 2022) a su lado «Ser semilla» (Hauer 2024)

A través de una instalación que combina plantas locales y los retratos acuarelados, la artista crea una interacción simbólica entre los rostros y las flores que emergen de ellos. Este gesto motiva a considerar el proceso decolonial, donde la naturaleza, emancipada de las estructuras de poder colonial, se revela como un agente vivo que exige su voz y su historia.

La obra es una celebración de la reconexión con la naturaleza, en la que los seres humanos no son vistos como dominadores de la tierra, sino como parte integral de ella, como lo eran en las tradiciones ancestrales. Así, Gabriela Pez utiliza el arte para subvertir los relatos coloniales, ofreciendo una visión de sanación y reconciliación con las raíces culturales y naturales de la isla.

Materiales y técnicas: Instalación con plantas locales y dibujos acuarelados de rostros afrodescendientes, en los cuales emergen elementos florales.

Jessica Fairfax Hirst

«Lessons» (2020) es una obra en video-collage de la artista Jessica Fairfax Hirst, quien explora su proceso personal de reencuentro con la naturaleza como una vía para la sanación. La pieza recopila diversas performances de la artista, quienes se inserta en diferentes ambientes naturales, como el mar o la vegetación, en un intento por distanciarse de las presiones y la vida acelerada de las grandes ciudades en las que vivió y trabajó en Estados Unidos.

Jessica Fairfax Hirst fue una de las primeras en abordar la ecología y los procesos medioambientales de manera profesional, siendo parte del equipo del vicepresidente Al Gore en el primer gobierno de Bill Clinton. En esta obra, la artista expresa su vínculo con la naturaleza a través de frases como «My Vulnerability is my strength» (Mi vulnerabilidad es mi fuerza), que se superponen a imágenes de ella en diversos escenarios naturales, donde parece encontrar fortaleza al reconciliarse con el entorno natural.

Video-collage de la artista Jessica Fairfax Hirst

Uno de los elementos claves de la obra es la reflexión sobre la vida urbana y los efectos de las presiones de la vida moderna. En la primera imagen del video, la artista está cubierta de pastillas, una referencia a cómo las personas en las grandes ciudades recurren al uso de fármacos debido al estrés y la presión del trabajo. Sin embargo, Jessica utiliza la naturaleza como un medio para sanarse, dejar atrás esa dinámica y encontrar equilibrio, transformando su vulnerabilidad en fortaleza.

El trabajo vincula arte y vida, creando una metáfora visual de la importancia de la naturaleza en el proceso de restauración personal y de salud mental.

Marcel Solá

Marcel Solá con su instalación «Cuerpo suspendido» (2024), obra cargada de simbologías que aluden a luchas, conciencia y tragedias. En esta instalación, Solá utiliza elementos como el signo ♀, representativo de las mujeres, junto a ramas que recubren una soga para ahorcarse, generando una metáfora visual que denuncia los peligros que enfrentan los activistas medioambientales, particularmente las mujeres defensoras de los derechos humanos y los pueblos originarios.

La obra establece un vínculo directo con figuras emblemáticas como Berta Cáceres, activista hondureña asesinada por su labor en defensa del medio ambiente, y Macarena Valdés, integrante de la comunidad mapuche Newen Tranguil en Chile, cuya muerte, oficialmente catalogada como suicidio, ha sido cuestionada por la comunidad. Solá pone en evidencia las estrategias de encubrimiento utilizadas por los perpetradores de estos crímenes, exponiendo la crudeza de una lucha desigual contra los intereses de grandes poderes económicos que priorizan la rentabilidad sobre la vida y el equilibrio ecológico.

«Cuerpo suspendido» Marcel Solá

«Cuerpo suspendido» se convierte en una reflexión profunda sobre los riesgos que enfrentan quienes se oponen a la explotación desmedida de los recursos naturales y, a la vez, un homenaje a las vidas perdidas en esta lucha. En un contexto contemporáneo donde la conexión con la naturaleza se desvanece cada vez más, Solá nos invita a cuestionar nuestro papel frente a un mundo que clama por justicia y sostenibilidad, abriendo un espacio para la memoria y la resistencia.

Soniya Amritlal Patel

Finalmente, Soniya Amritlal Patel (India-UK) aborda con crudeza la vulnerabilidad femenina en la serie fotográfica «Naturaleza y Mujeres» (2021) es una serie de cuatro fotografías digitales creadas por la artista Soniya Amritlal Patel (India-UK), que exploran las complejas problemáticas que enfrentan las mujeres en la India, situándolas dentro de un contexto ecofeminista. A través de estas imágenes, Patel aborda cuestiones de violencia, opresión y la invisibilidad de las mujeres, subrayando las conexiones entre ellas y la naturaleza, a la vez que muestra cómo ambas pueden ser percibidas como indómitas y amenazantes.

La serie está dividida en varias obras que abordan distintas temáticas como ¿Por qué no me ves? (2021), las mujeres representadas están cubiertas de imágenes de la naturaleza de la India, pero su presencia es invisible, rechazada o ignorada, reflejando la indiferencia de la sociedad ante su existencia. O La Boda de sangre (2021), aquí las mujeres también están bañadas por la naturaleza, pero la imagen que ofrece la naturaleza parece un espacio violento, un reflejo de los roles impuestos y las relaciones abusivas que sufren muchas mujeres en la sociedad patriarcal. También nos habla de La Trata (2021) y El Secuestro (2021), estas obras muestran una naturaleza que es tan indómita e inaccesible que se vuelve peligrosa, simbolizando las situaciones de secuestro, abuso y violencia que afectan a las mujeres, y cómo pueden perderse en un entorno que, al igual que su situación, resulta perturbador y aterrador.

De la serie fotográfica «Naturaleza y Mujeres» (2021)

Fotografías digitales que combinan arte digital y fotografías tradicionales, creando una atmósfera densa y perturbadora que subraya las problemáticas de las mujeres y su relación con la naturaleza.

El trabajo de Patel, al mezclar las imágenes de la naturaleza india con los cuerpos de las mujeres, crea una potente crítica visual, vinculando la violencia de género con la opresión de la naturaleza, sugiriendo que ambas son vistas como algo que debe ser dominado o que no tiene un valor pleno dentro de las estructuras sociales y patriarcales.

Un grito artístico por el planeta

La 15ª Bienal de La Habana, con su muestra «La Tierra: un futuro incierto», se erige como un espacio de reflexión y acción. Aquí, el arte no solo sensibiliza, sino que interpela, invitándonos a repensar nuestra relación con un planeta que clama por atención y cuidado urgente.

Lynda Avendaño, curadora de la muestra.

El presente artículo se desarrolló a partir de los textos de Lynda Avendaño y su motivación por explorar temáticas tanto contingentes como urgentes, que los artistas no pueden ignorar. Estas incluyen la vida y su deterioro, la unidad e interconexión entre los diversos habitantes de la Tierra, el colonialismo, el patriarcado, el derecho igualitario de todos los seres, el respeto y el abuso. Temas que, aunque no siempre comprendidos en su totalidad, terminan afectándonos profundamente como humanidad, al priorizar los intereses económicos por sobre la vida misma.

Karenia Cintra en la co-gestión

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